Ratones topos

Protege tus plantas de estos y otros roedores invasivos

Los daños que una pequeña invasión de ratones o unos cuantos topos pueden causar en un jardín son considerables. Las plantas más dañadas suelen ser las bulbosas, pero también los semilleros y los brotes tiernos de todas las especies pueden ser víctimas de estos voraces animales.

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¿Cómo detectar su presencia?

Tanto unos como otros son difíciles de ver. por lo que la forma más sencilla de detectarlos es a través de los daños que causan. Los ratones se detectan sobre todo en los semilleros, en
donde comen los brotes tiernos justo hasta la raíz, diferenciándose muy bien de las babosas y las larvas de insectos porque éstos roen sólo el borde de las hojas. También son muy característicos sus escrementos que forman pequeñas pelotitas alargadas de color negro que es posible localizar por todo el jardín: otro dato inequívoco de la presencia de roedores es la aparición sobre el césped de pequeños monticulitos de tierra que. si se apartan ligeramente, dejan ver en su parte inferior un pequeño orificio que no es otra cosa que la puerta de entrada a la madriguera. Los topos por su parte son muy fáciles de dictaminar, pues en su continuo ir y venir bajo tierra a la búsqueda de alimento, dejan sobre el césped auténticos canales en relieve.

  1. Comen brotes hasta la raíz
  2. Presencia de excremento
  3. Montículos de tierra en el suelo con un orificio
  4. Relieves de senderos en la tierra

¿Qué especies se ven más afectadas?

Como hemos dicho antes, las bulbosas son el plato preferido de todos estos animales y cuando encuentran un suculento tubérculo comienzan rovendo sus raicillas, para con posterioridad seguir con las partes carnosas. Esto provoca un marchitamiento en superficie de las hojas y la posterior muerte de la planta. También se ven muy afectadas las praderas y céspedes y en menor proporción los árboles frutales, pues los ratoncillos trepan por el tronco del árbol y mordisquean la fruta. En el huerto pueden causar verdaderos estragos entre las hortalizas, especialmente entre las patatas.
zanahorias y remolachas.

¿Cómo hay que combatirlos?

En primer lugar conviene indicar que la lucha en solitario es muy poco eficaz, pues aunque se pongan todos los medios para eliminar de una parcela a estos molestos inquilinos, la lucha no servirá de nada si en los terrenos colindantes los animales encuentran seguro refugio. Como medida preventiva es muy eficaz la protección de aves rapaces, especialmente las nocturnas, pues estos animales consumen cantidades ingentes de roedores. Otro sistema económico y que da buenos resultados es la colocación de cepos y trampas de ballesta a los que se cebará con trocitos de pan empapados en aceite, fruta o queso. El empleo de cebos a base de lombrices envenenadas con estricnina debería desterrarse, pues aunque eficaz, es peligroso y de consecuencias ecológicas difíciles de controlar. Un método local para acabar con los topos en su misma guarida es la utilización de cartuchos que, tras encender la mecha y en contacto con la humedad del túnel de la madriguera, desprenden un gas letal que termina con la plaga; para aumentar su eficacia es conveniente regar bien el terreno antes de su utilización. Por último cabe mencionar un producto denominado Warfarina, que actúa como rodenticida por sus propiedades anticoagulantes. Su acción es lenta, muriendo los animales intoxicados lejos del lugar en que está instalado el cebo, con lo cual no desconfían y continúan aceptando el engaño.

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