Clavo de olor «Uso medicinal»

La medicina emplea el clavo de olor, interiormente, como estimulante, digestivo y antifermentativo; y, al exterior, como antiséptico y muy especialmente para la desinfección de la dentadura.
Los clavos de especia, como estimulantes y digestivos, se prescriben en infusión, en la cantidad de 1 a 2 gramos por litro de agua y se toma una taza antes de cada comida.

También pueden usarse en polvo, pero a dosis muy pequeñas.
Como odontálgicos son de mucho poder los clavos de especia para desinfectar y calmar el dolor de muelas. Para esto último, se emplean poniendo un pequeño trozo en el hueco o caries del diente o muela. Este remedio suele producir excelentes efectos calmantes. Lo mismo se logra, y mejor aún, si se aplica la esencia de clavos empapada en una bolita de algodón.
Los frutos del árbol de que nos ocupamos contienen también materia aromática, aunque en menos grado que las flores. Estos frutos son considerados por los holandeses como estomacales y digestivos y, por otra parte, hay países en que se comen azucarados, como postre.

Esencia de clavo de olor

La esencia de clavos es usada también en pastelería y más aún en perfumería. Esta esencia, muy difusible, tiene su aroma característico muy fino y agradable y se presta mucho para preparar dentífricos.
Falsificaciones. — El polvo de clavos, amasado, ha servido alguna vez para falsificar los clavos enteros, pero como resulta generalmente más caro, no trae cuenta a los falsificadores. Otras veces, aunque también raramente, se substituyen por clavos artificiales formados por una pasta de arcilla o aserrín aromatizada con esencia de clavos. Es más frecuente que las anteriores falsificaciones la mezcla con clavos agotados, o sea privados de su esencia, impregnándolos de un aceite graso que les comunica mejor aspecto.

Acerca de la calidad del clavo de olor

El polvo de clavos, amasado, ha servido alguna vez para falsificar los clavos enteros, pero como resulta generalmente más caro, no trae cuenta a los falsificadores. Otras veces, aunque también raramente, se substituyen por clavos artificiales formados por una pasta de arcilla o aserrín aromatizada con esencia de clavos. Es más frecuente que las anteriores falsificaciones la mezcla con clavos agotados, o sea privados de su esencia, impregnándolos de un aceite graso que les comunica mejor aspecto.

Los clavos falsificados son ordinariamente más secos, negruzcos y rugosos; si se rompen y comprimen entre los dedos, no desprenden esencia, y además, dejados en agua tibia y agitados, después del reposo flotan en la superficie en posición horizontal, mientras que los verdaderos van al fondo o quedan en posición vertical.
El polvo de clavos se falsifica con más frecuencia, mezclándole tierras obscuras o aserrín finamente pulverizado. Su reconocimiento es difícil porque solamente puede averiguarse con un examen microscópico. Así pues, recomendamos adquirir siempre los clavos enteros, preparando dicho polvo al momento de necesitarlo. Como que la pulverización es difícil a causa de la gran cantidad de esencia que contienen, se aconseja que se sequen los clavos durante largo tiempo antes de reducirlos a polvo.

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