Babosas y caracoles

Entre los numerosos moluscos que atacan a los vegetales, las especies más extendidas son, sin lugar a dudas, los limacos o babosas y los caracoles. Tanto unos como otros, a pesar de que a veces no se les vea, causan graves destrozos al roer con su lengua estriada las partes verdes de la planta.
¿C ómo son estos animales?
Su aspecto general es bien conocido. Los limacos o babosas carecen de concha y sólo poseen bajo el llamado manto una plaquita calcárea. Pueden alcanzar varios centímetros de longitud y su color es distinto según las especies, aunque los más comunes son el gris y el marrón amarillento. Los caracoles se diferencian de las
babosas en que presentan una concha subcónica arrollada en espiral, en donde se refugian en caso de peligro o cuando las condiciones del medio son adversas. El colorido, al igual que entre los limacos, varía según las especies. Los más frecuentes en el jardín son: Helix candidísima, de concha completamente blanca;
H. nemoralis, cuya concha se adorna con bandas longitudinales, y H. aspersa, de color amarillo salpicado de manchas pardo-rojizas.
¿De qué forma se comportan?
Estos anímales son de hábitos nocturnos, de aquí el que muchas veces podamos observar las hojas roídas pero no descubrir a ningún ejemplar en las inmediaciones de la planta. De día permanecen guarnecidos bajo piedras u ocultos entre la maleza, saliendo sólo cuando el sol está nublado o llueve. Son animales hermafroditas y en otoño depositan montoncitos de hasta un centenar de huevos blancos del tamaño de un cañamón.
Hacia la primavera, avivan los jóvenes caracolillos y rápidamente se dispersan en todas direcciones rovendo cuanto de verde encuentran a su paso.
¿A qué plantas atacan?
Ninguna planta que disponga de hojas tiernas se ve libre de su ataque, ni tan siquiera las venenosas, de aquí la conveniencia de dejar ayunar a estos animales varios días antes de guisarlos con el fin de que se libren de posibles malas hierbas. Aparte de las hojas y flores, las
babosas y caracoles pueden causar graves destrozos en las bulbosas como narcisos, I
tulipanes, lirios, etc. I
¿Hay manera de evitarlos?
Se pueden tomar varias ¡
precauciones que evitan en gran medida la aparición de estos animales. La primera es eliminar I rápidamente basuras y 1
desperdicios, pues su olor atrae a ¡ los limaeos. Otra medida eficaz es desecar en lo posible zonas encharcadas y eliminar las malas hierbas del jardín. |
¿Se pueden eliminar? 1
La lucha química es un medio eficaz para combatir una invasión grave, pero sólo debe aplicarse con pleno conocimiento y siguiendo estrictamente las indicaciones del fabricante. El producto específico para i
combatir a caracoles y babosas es el metaldehido, que se aplica en forma de cebos unido a partes ¡
iguales con fluosilicato sódico y salvado de trigo (50 gramos de cada producto por cada kilogramo de salvado). En el comercio se ofrecen productos muy eficaces ya preparados que se distribuyen en montones por la noche y siempre que no llueva.

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